jueves, 30 de noviembre de 2017

DESAFÍOS 4




Aún en la clínica el día sábado y con ella más activa, teníamos la certeza que ese día estaríamos de alta, sin embargo había que resolver algunas cosas, unos exámenes que se le debían hacer fuera de la clínica y otras cosas, entonces después del desayuno y atendiendo el llamado del internista que explico que ella necesitaba dormir la dejamos descansar un rato, aproveche la mañana y fui al laboratorio a levar lo de los exámenes mientras el resto de la tropa se quedaba atendiendo el tema del seguro, pagos y pendiente por si ella despertaba, de regreso del laboratorio pase por locatel, vi la oportunidad de preguntar por la cama clínica que ya habíamos escuchado que facilitaría todo en casa, pedí mis presupuestos y me fui a la clínica, al llegar estaban los tres hermanos sentados conversando, les di el "mandado" y acordamos ir a comer, ya ella había desayunado y estaba descansando, así que nos permitimos ir cerca a almorzar, los cuatro hermanos, los tres hijos y "la adoptada" como me apodaron en joda, en vista que ya no era más la cuñada,  me hizo gracia la nomenclatura nueva, la verdad me sentía justo así, como si fueran mis hermanos y ella mi madre.

Pedimos algo especial para ella, algo que sabíamos era seguro que comería un poco al menos,  comimos, reímos un rato y volvimos justo para cuando ella despertó, le encomendamos la tarea de que ella comiera lo más posible del almuerzo a Héctor Enrique, tratábamos de mantenernos con ella de dos en dos, porque había una enfermera odiosa que nos perseguía para sacarnos y dejar solo un familiar por paciente, esa vaina estaba sola pero ella (que era la única que se ponía en esa) insistía así que nos metíamos de dos en dos.

Ni hablar de los entretelones de la estadía en la clínica, el día sábado en la madrugada ya ella se sabía los casos que estaban en observación y los nombres de los doctores (era como una prueba de su orgullo diciendo que ella todavía era ella) nos contaba que el de la cama tal era un militar que no tenía seguro, que el otro se había caído de una moto, etc; en la noche del viernes llamaba a un enfermero "Héctor Enrique" a todo gañote, Flory (Floryzeth) le decía mamá ese no es  míralo bien, este es más alto; dormíamos en la sala de espera como podíamos (las sillas eran frías y duras) y por supuesto la mejor de las anécdotas de esa hospitalización, al momento del alta el odioso internista paso cerca de su cubículo y le dijo a el médico residente de guardia, ¡ella se va!, a lo que ella al escucharlo le replico "¿Cómo es la cosa?, un momentico" (a mí me dio una pálida), el hombre se devolvió y le pregunto qué pasaba y ella le dijo "así no, usted está bravo o que le pasa" el doctor no tuvo otra que decirle que lo que pasaba era que él era así enérgico, pero  ella no se quedó atrás y le contesto " yo también soy enérgica, mucho cuidado", no aguantaba la risa, ella sin saberlo estaba poniendo en su sitio al mismísimo doctor que creyéndose supremo había decretado su muerte dos días antes, era increíble ver que a pesar de las situaciones su fuerza continuaba  intacta.


Nos fuimos de alta, por fin a la casa, con nuevas rutinas y nuevas maneras pero en casa, aún estaba un poco débil, las nuevas rutinas incluían baño en cama, centro de cama, pañales, ella no estaba conforme, pero entendía y suponía (como nosotros mismos)  que todo aquello podía ser temporal; después de este episodio no volvió a caminar, todo era con la silla de ruedas, algunas veces no le gustaba, se negaba a levantarse a comer en la mesa, dependiendo del día la dejábamos tranquila, era todo nuevo y difícil, había que darle tiempo para asimilarlo, de ser independiente y activa a pasar a un estado de cuidados donde dependía de terceros, no era fácil, los dos primeros días fueron difíciles, poco comer, poco hablar, el tercer día todo cambio, comenzó a reírse nuevamente, estábamos bañándola entre tres, Gabriela ( la enfermera) Flory (Floryzeth) y yo, y de pronto todo empezó a ser risas y alegría, fue un alivio, habían sido días duros, necesitábamos saber que ella estaba bien, que se sentía bien, entonces dijo algo importante “ ¿Me veo bonita? Dímelo, dímelo siempre yo necesito escucharlo”, al salir y dejarla lista le escribí a Héctor (Alejandro) hoy tienes que llegar diciéndole a tu mamá lo linda que se ve, está necesitando escucharlo, y es que verdaderamente que mujer se cansa de escuchar palabras bonitas, esto no era solo su sanación física, era su sanación emocional y espiritual era un trabajo duro que estábamos asumiendo en equipo.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

DESAFÍOS 3




No era fácil confiar, entonces la manteníamos acompañada siempre; era jueves, Simón no tuvo clases,  Flory (Floryzeth) y Héctor (Alejandro) tenían que ir a caracas para una diligencia del pasaporte de Flory (Floryzeth), entonces les pedí que se lo llevaran, se fueron casi de madrugada los tres, yo me quede con Rafa y la abuela, para poder llevar a Rafa a la escuela hable en la noche con la señora Fátima (la vecina) para que me hiciera el favor de quedarse con ella los diez minutos que tardaría en ir a llevar al niño y regresar, ella llego tempranito con un jugo bajo el brazo (atenta como siempre), las deje conversando y me fui a llevar a Rafa, volví y ya se había tomado el jugo, le di las medicinas y un pancito y se volvió  a acostar, dormía mucho en ese entonces, pasaba mucho rato acostada.


Le daba una "vuelta” cada media hora, me fui a la sala a trabajar más cerca de su cuarto, todo tranquilo, todo normal; hasta las diez y cuarenta aproximadamente, me asome y la vi acurrucada, despierta, y con una mano doblada, (temblando por dentro) le pregunte ¿todo bien?, ella me miro y me dijo con voz fuerte y clara "quiero ir al baño", intente levantarla, aun tenia fuerzas pero ella insistió que "así no", fui por la silla de ruedas, la logre sentar en la silla, fuimos al baño, logro sentarse y la ayude a levantarse (en este punto ya estaba fría al tacto, y se estaba quejando), fuimos al cuarto y al acostarla me costó más, ya le temblaba una pierna y un brazo ( el derecho) solo decía que no, según opinión de los expertos las convulsiones crean "aura", que no es más que el anuncio de una convulsión por ocurrir, entonces corrí a la puerta pegue las llaves y le escribí a Gabriela ( la enfermera) mientras preparaba todo, no pasaron dos minutos y ella llego, hicimos todo el protocolo, pasaron cinco minutos, luego diez, luego quince, ¡no paraban!, pedí tanto ese día, no sé ni cómo, entre llanto y acción la intentábamos reanimar, no respondía a su nombre, no reaccionaba, ya habían transcurrido más de veinticinco minutos y aun convulsionaba; decidí escribirle a Héctor (Alejandro), gracias a dios venían cerca y en diez minutos llegaron, buscaron a Rafa de una vez, entonces comenzamos a preparar todo para salir con ella a una clínica, llegó la ambulancia y los paramédicos, la estabilizaron y salimos, nunca antes en la vida había dejado a mis hijos con alguien que no fuera su abuela, papa o tía, esta vez toco dejarlos con la señora Fátima, mientras Carla llegaba, salimos y llegamos directo al hospital de clínicas las delicias, la ingresaron.


Cables, maquinas, mas cables, monitores, oxígeno, era una escena fuerte, difícil, ella continuaba sin respuesta de ningún tipo, debió ser ingresada en terapia intensiva por su estado pero no había "cupo" así que tenía un espacio en observación acondicionado para todos los efectos; llego el internista (un señor mayor, muy especialista y muy duro al hablar también) le explico la situación a Héctor (Alejandro) y le dijo, "despídanse es difícil que supere esta situación", justo en ese momento nos asomábamos Flory (Floryzeth) y yo, de la nada apareció mi compadre y hermano en cristo Darwin, los habíamos llamado para que se quedaran con los niños en la casa pero ellos llegaron a la clínica (gracias a Dios), era un pasillo largo, como de unos quince metros o más, al final veíamos a Héctor (Alejandro) hablando con el internista, nos llamó una por una, primero fue Flory (Floryzeth) él le explicaba algo y ella lloraba y la besaba entre cables, a los minutos fue Darwin a buscarla y pase yo, escuche atenta, lo que me explicaba "si esto de aquí baja, la van a reanimar solo una vez, si no responde la van a dejar tranquila, es nuestro momento de despedirnos", nada en el mundo me había dolido tanto, tan profundo como esas palabras, allí en una clínica llena de cables, ¿Por qué?, ¿Por qué así?, no podía pensar, casi ni respirar, las lágrimas me ahogaban, salimos y afuera estaba mi comadre Yaireth con el niño, ellos nos habían ido a apoyar en oración, era lo único que nos quedaba en ese momento, no teníamos fuerzas  para orar pero ellos sí, y con cada palabra las lágrimas se apaciguaban, fueron unos veinte minutos o más.


Afuera en la sala de espera cerca de nosotros había una familia, con un familiar grave, había superado el cáncer, y estaba ingresado por una herida de bala, en los minutos en los que orábamos recibieron la noticia de la muerte del señor, fue duro escucharlos y no sentirnos reflejados, sin embargo  conseguimos calma, fue una noche difícil, ella aun no reaccionaba, cerca de la media noche o quizás mas tarde ella empezó a responder mínimamente.


Llego Julia con Amarilys, entraron, le hablaron, se fue y luego volvió con un tarro enorme de helado y unos pañales, recibir esos pañales me dolio en el corazón, esperabamos que solo fuera algo circunstancial, me abrazo, conversamos brevemente y después se despidió hasta el siguiente día.

En la madrugada se despertó, aquello fue una fiesta, era complejo, no estaba muy consiente pero estaba ¡viva!, todas las palabras del internista habían quedado sin efecto, no me importaba su opinión, esa alegría no pensaba colegiarla con ninguna opinión medica, fue una sensación que jamás había sentido, nos abrazamos esperanzados, al rato de la celebración llego Héctor Enrique, él tenía planeado venir de visita, no se le dijo nada para que viajara tranquilo, al llegar a Maracay le explicarían como llegar a la clínica.


Ya para cuando el había llegado (cinco a seis de la mañana) ella estaba más consiente, y lo reconocía, a todos, estábamos en plena alegría, ella al verse los monitores y  sin mucha coordinación aun solo alcanzaba a decirme " ¿un infarto?, ¿por qué?", como buscando explicación de por qué estaba allí y que le había pasado, el médico residente (mucho más humano que el internista) le explico con una sutileza de la cual le estaré agradecida siempre, que ella estaba allí recuperándose y que no le había dado un infarto, se quedó más tranquila, y comenzamos Flory (Floryzeth) y Yo a impacientarnos por cambiarla de ropa y "adecentarla" debo decir con dolor que no todas las enfermeras se portaron como debían, pero hubo tres o cuatro que valían por todo el resto, ellos nos explicaron el asunto de cambiarla, bañarla en cama y vestirla, casi como un anuncio de que era eso lo que venía.


Ella al pasar de las horas estaba más lucida, era impresionante su fuerza, sus ganas de vivir, en la mañana siendo las ocho a nueve llego Evelyn y la Abuela Olga ( su mama), aun había cierto riesgo pero lo más difícil había pasado, venia revisión de un neurocirujano, unos exámenes y nos darían instrucciones, era viernes, estábamos seguros que ese día no habría alta, todos nos dividimos las tareas, Flory (Floryzeth) y Héctor Enrique se encargaban de que comiera y estaban pendientes de cualquier cosa que surgiera, Héctor (Alejandro) se encargaba de lo administrativo, el seguro y las medicinas,  yo de los insumos, y entenderme con los doctores, después de todo había sido su acompañante y tenía un poco más de información de su caso, y con mi carpeta lomo ancho para todos lados tenia a disposición informes y explicaciones, todos hicimos equipo y todo estaba marchando bien, el neurocirujano hablo con la familia y explico la situación, debíamos esperar los exámenes que harían el mismo viernes y contrastar con la última resonancia para tomar decisiones, agradecidos y alegres llevamos el proceso.


Así fue, en la noche del viernes teníamos los resultados casi como si se tratara de algo que podíamos entender estábamos Flory (Floryzeth) y yo tomadas de la mano escuchando la explicación y mirando el monitor de un pc mientras el neuro hablaba, eran buenas noticias, no había más "lesiones" (tumores), la radioterapia había reducido las lesiones existentes, no había nada que comprometiera otras áreas del cerebro, casi de forma inmediata nos abrazamos, él nos dio unas indicaciones, cambio los anticonvulsivos y dio el alta por la parte neurológica, fue otra fiesta más, esa noche con ella más consciente nos reíamos de los chistes y las echaderas de perros entre enfermeras y doctores, era tan surrealista estar en el mismo lugar que una noche antes y reír en lugar de llorar, así era la lección para aprender la vida era ganar y perder, reír y llorar.

viernes, 24 de noviembre de 2017

DESAFÍOS 2

Pensamos que solo sería un episodio y ya, no queríamos verle así nunca más, no hay algo más difícil que ver el dolor de alguien a quien amas, hubo algunos días en que la veíamos repuesta, caminando asistida nuevamente, otros días estaba poquita, sin energía; por lo general le media la tensión y la glicemia tempranito para saber cómo estaba y darle el desayuno conforme a los resultados, le estábamos cuidando la glicemia, además tenía restricciones alimentarias, tomaba medicinas para eso (metformina), anticonvulsivos y la dexametasona, esta vez en pastillas (por algunos días), gracias a Dios no le faltaron medicinas, si algo no se  conseguía Flory (Floryzeth) lo mandaba a buscar fuera.

Hasta que nosotros mismos nos fuimos dando cuenta que no era justo tenerla con tantas restricciones, había que darle lo que ella quisiera (a discreción), nada podía hacerle más daño del que ya le había hecho la enfermedad; un día estábamos listos para salir a la escuela con los niños, ella pidió ir al baño, la ayudaron y estaba sentada, todo era tan cotidiano que no pudimos predecir lo que venía, le preguntábamos para levantarla pero decía que no, de pronto se empezó a quejar, me agache y le pregunte donde le dolía pero solo se quejaba y decía que no, seguimos en lo nuestro y en dos segundos que estuvo sin nadie cerca se cayó al suelo, Flory (Floryzeth) aparto a los niños mientras Héctor (Alejandro) la levantaba y la llevábamos a la cama, estaba como desmayada, con los ojos abiertos, pensábamos que se nos había ido, llorábamos mientras accionábamos, corrimos y llamamos a Gabriela (la enfermera), era otro episodio; aquí aprendimos que había varios tipos de convulsiones, esta era de ausencia, después de vomitar logramos que reaccionara, no recordaba nada, lleve a los niños a la escuela y volví, la dejamos descansar, le pusimos crema en la nariz (voltaren) que se había golpeado al caer; al despertar ella pidió un espejo "mira esa vaina", "¿qué me pasó?", a mí por alguna razón me tocaba darle las explicaciones, entonces le dimos la vuelta perfecta, le dije, fue una baja azúcar por no querer comer, "que peo vale", quedo medio conforme, era increíble, pasaba esos trances rapidísimo, era demasiado fuerte, demasiado.

Ese día medio comió algo, todo parecía "normal", pero al día siguiente fue el rebote que no esperábamos, amaneció sin querer hablar, sin querer comer, tirada en la cama, quejándose, lo intentábamos todo, triture las medicinas en la cocina y se la dimos con cucharilla, escupió una parte, sumamente terrible, terrible de verdad, después de llorar muchísimo en la sala, hicimos nuestra mini junta (no médica) de toma de decisiones, la decisión fue llamar al doc, póngale un suero fue la indicación, llamamos a Gabriela (la enfermera) y se lo pusimos, hubo que puyarla muchas veces porque estaba deshidratada, era duro, para ella y para todos, sin embargo lo logramos, entonces al terminar el suero aproveche y le puse la dexa (dexametasona), durmió casi todo ese día, la revisábamos cada tanto a ver si despertaba.

Ante todo intentábamos mantenernos en pie, los niños no podían vernos en el suelo, llorábamos en horario de oficina, lejos de ellos, cuando estaban en la escuela; comenzaba una nueva etapa esperar que se levantara, pedir de corazón y con mucha fe; en este punto aún pedía a Dios que la levantará de allí, que hiciera un milagro, no entendía que las cosas no siempre salen como esperamos, sin que esto quisiera decir que Dios no nos escuchaba.

jueves, 23 de noviembre de 2017

DESAFÍOS 1


Con la vuelta de Héctor Enrique a su casa había varias cosas por resolver, había un asunto difícil, álgido, doloroso, que no sabía cómo tratarle, y es que aunque manteníamos el orden aparente Héctor (Alejandro) y yo estábamos separados; pensaba como le administraba esa noticia sin sentirme la peor persona del mundo, a ella, en sus condiciones, era difícil, pero con el pasar de los días se me empezó a notar que algo me pesaba mucho, estaba triste, no por la situación en sí, sino porque nunca haría algo que la lastimara, que la preocupara, si había que romper un corazón estaba dispuesta a que fuera el mío.

Pero, ella siendo mujer lo adivino todo, es así como un día, después de noches y días de dolor silencioso entre decirle o no, ella me llamo a su cuarto, era domingo, yo había salido temprano, volví y no quería verla porque no quería que me preguntara que me pasaba, pero ella me llamo, me tomo de la mano y me dijo"no te había visto hoy, escúchame, te voy a hablar de la tercera persona más importante en mi vida, es mi hijo, pero te voy a decir algo, no sufras, no vale la pena, toma una decisión, sin importar a quien le guste y a quien no, mírate como estas, eso no vale la pena, toma una decisión, aunque te critiquen, aunque nadie entienda, porque nadie te pregunta como haces con los niños o como te va, nadie te pregunta si eres feliz, así que hazlo, toma una decisión, yo acompañare a mi hijo, lo consolare, y te voy a querer igual"; todo al lado de Flory (Floryzeth) que quedo igual o más impactada que yo, no pude hacer nada, decir nada, solo la abrace fuerte y me fui a dormir, liviana, tranquila, en paz, nadie había pensado en lo difícil que estaba siendo para mí, entonces ella contra todo pronóstico me había liberado de esa situación terrible, mientras otros me habían criticado e incluso me habían hecho sentir peor, ella me había leído como un libro y me había dado un regalo precioso, la libertad, eso era amor.

Sin embargo y previo acuerdo, estaría con ella hasta el final, como dejarla si nos necesitábamos mutuamente mucho más de lo que parecía; luego llego el día de la segunda resonancia (de control post radioterapia) ese día fue parecido a los otros que se habían ido, movilidad reducida, apetito variable, mucho sueño, todo llevadero, pensábamos que era debilidad o efectos secundarios del tratamiento, aunque la realidad también la conocíamos, pero la esperanza es una cosa seria y maravillosa.

Se fueron tempranito ese día, Flory (Floryzeth), Héctor (Alejandro) y ella, orden bajo el brazo a hacer finalmente el examen, yo me quede esperando a Carla que no pudo llegar temprano para quedarse con los niños y poderlos acompañar, en fin, ellos fueron le hicieron el examen y al salir comenzó a llover, no conseguían como regresar, la silla de ruedas no cabía en cualquier lugar, mientras resolvían se hicieron casi las doce, llegaron y ella tenía mucho frió, yo estaba a medio terminar la comida y me fui al cuarto con ellos, ella no dejaba de decir que tenía frió, temblaba, así que la empezamos a frotar, Flory (Floryzeth) puso paños en la secadora, estaba fría al tacto, se quejaba, hasta que se quedó en silencio, trataba de hablar y no podía, estábamos angustiados pero intentábamos no perder la calma, en ese momento corrí a llamar a Gabriela (la enfermera), al verla empezó a tomarle el pulso y los signos vitales, estaba ida, y de pronto comenzó a vomitar, la ayudamos como pudimos, y decidimos sacarla a una clínica, la arreglamos y nos fuimos, en un taxi de confianza los tres y ella, semi inconsciente, deje por primera vez en mi vida a mis hijos con una vecina (mientras Carla llegaba) fue inevitable que vieran nuestra angustia.

Al llegar a la clínica había inconvenientes con el seguro, entonces aprovechando que estábamos cerca de la consulta de su doctor Héctor (Alejandro) se fue y le dejo de una vez el cd de la resonancia de ese día, después llego el taxi nuevamente iríamos a otra clínica, pero su doctor pidió verla para evaluar si era necesario, ella era otra, hablaba, con cierta dificultad pero hablaba, de hecho hablo con el doc, así que él recomendó que la lleváramos a la casa y la dejáramos descansar, así fue llegamos y la instalamos para que descansara, durmió un buen rato y luego nos preocupamos, no había comido nada desde la mañana, después del examen desayuno con Héctor (Alejandro) y Flory (Floryzeth), de resto no tenía nada en el estómago, al llegar al cuarto se despertó, hablaba de forma incoherente, sin embargo todos entendidos le seguíamos la corriente como si nada pasara, fue como un código interno, nada de preguntarle por el episodio, nada de decirle que no la entendíamos, nada de pedirle que repitiera otra vez, descifrábamos.

La dejamos descansar y le hicimos un jugo que se tomó sin novedad, Flory (Floryzeth) dormía con ella, entonces nos fuimos a dormir esa noche sin mayor sobresalto, excepto por la preocupación de Simón por su abuela y su estado de salud, con quien habíamos acordado hacer una tarjeta al día siguiente para que él expresara sus emociones.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

TIEMPO DE GRACIA 2


El día anterior a la llegada de Flory (Floryzeth) había ocurrido  algo difícil de asimilar, habíamos descubierto que faltaban ciertas cosas en la casa, cosas evidentes, comida, la señora se estaba llevando cosas de la casa, fue doloroso, sobre todo porque era alguien de su confianza, esperamos el día siguiente, (el día de la llegada de Flory y su mamá) espere que la señora llegara y se instalara, le pregunte tres cosas y no supo responder con coherencia, la deje sola en la cocina mientras Héctor (Alejandro) y yo nos encerrábamos con ella en el cuarto y le explicamos, la señora se tiene que ir, se están perdiendo cosas, su cara fue de decepción, de dolor, era terrible pensar que alguien podría aprovecharse de la situación para hacer una cosa así; ella misma desde su cama (ya en este punto tenia movilidad reducida, sin embargo todavía caminaba) la mando a llamar y la despacho, solo logre escuchar " y si se siente muy mal váyase de una vez", bajo la situación que fuera no quebraba, siempre con la guardia en alto.

Llego Evelyn, y unas horas más tarde llego el resto de las esperadas, todas al verla se impactaron, una cosa es conversar con alguien por teléfono y otra verle en vivo y en directo, ver que había que asistirle para levantarse y desplazarse, fue un momento difícil para ellas, pero nada empaño la alegría, no se lo podía creer, su "niña" con más de quince años fuera del país vino a verla, a verla a ella, fue un día muy lindo.

Los días siguientes fueron de adaptación, de ponerse al día y de buscarle la vuelta a la cosa, ya no había quien ayudara en las cosas de la casa, aquí me plantee seriamente pedir las "vacaciones", mis vacaciones son un tema particular, nunca las he solicitado para vacacionar, siempre ha sido para resolver emergencias familiares, esta no era la excepción, necesitaba unos días, para apoyar y también para compartir.

A los días llegó Héctor Enrique, con toda la familia, niños, esposa, papá, todos, ella estaba que no se lo podía creer, me dijo, esto parece una navidad, todos mis hijos juntos, casi todos mis nietos juntos, (faltaban los de Flory, y Luis Alberto, su esposo) recordaron cuentos, se rieron, estaban alegres, entonces decidimos salir todos en cambote, queríamos ir a la playa, pero pensamos en que el viaje podría resultarle pesado, queríamos que disfrutara, no que se sintiera mal, estábamos cuadrando una silla de ruedas para ayudarnos en el traslado ya lo habíamos conversado con ella, asustados de su reacción, pero todo había salido mejor de lo esperado.


Decidimos ir a trincheras, ella quería volver, había ido con unas amigas antes y había regresado encantada; justo al momento de salir llego la silla de ruedas que estábamos esperando, Julia nos ayudó en la diligencia, era su amiga, siempre estuvo para todo, entonces fue subirse al bus que nos haría el traslado y subir la silla de una vez, ya en esta etapa no le provocaba comer mucho, era selectiva, entonces aprovechábamos cuando sentía hambre para complacerle los gustos, sin embargo algunas veces comía un poquito y después no quería mas, se agotaba con facilidad, pero hacia su mayor intento por integrarse y compartir.

Ella disfrutó esos días, fue bonito verle tan feliz, Flory (Floryzeth) y yo hacíamos desayunos para un batallón, en realidad todas las comidas eran para muchísimos, ya  faltaba poco para el próximo examen (resonancia) y la nueva consulta, mientras se distraía con sus hijos y casi todos sus nietos, tres días de felicidad, se le acostaban en la cama como cuando estaban pequeños, la felicidad.

Se fueron, Héctor Enrique prometió volver pronto (en quince días) y ella quedo contenta con sus muchachos, creo que siempre estaba contenta con ellos, siempre hablaba de sus deudas como madre, me decía a veces "Mi hijo (Héctor Enrique) fuera sido más feliz si yo lo fuese apoyado en su sueño, el quería ser mecánico, pero yo quería más para él, estudio ajuro algo que no quería y que no ejerció ni va a ejercer nunca, eso no se le hace a un hijo oíste" y así muchas otras cosas, espero que en esas conversas que se echaban cuando él se le acostaba en el cuarto hayan resuelto esos nudos, las madres siempre sentimos culpa, por todo y por nada, y al final lo resumimos como ella decía "yo solo quería que el fuera feliz", la felicidad, tremendo tema, ella era intuitiva, era certera, me dejaba loca con las cosas que a pesar de su condición podía entender y expresar.

PARA SIEMPRE

En el edificio hay lamentablemente, varios pacientes oncológicos una de las vecinas se acercó un par de días después de que ella fa...