viernes, 24 de noviembre de 2017

DESAFÍOS 2

Pensamos que solo sería un episodio y ya, no queríamos verle así nunca más, no hay algo más difícil que ver el dolor de alguien a quien amas, hubo algunos días en que la veíamos repuesta, caminando asistida nuevamente, otros días estaba poquita, sin energía; por lo general le media la tensión y la glicemia tempranito para saber cómo estaba y darle el desayuno conforme a los resultados, le estábamos cuidando la glicemia, además tenía restricciones alimentarias, tomaba medicinas para eso (metformina), anticonvulsivos y la dexametasona, esta vez en pastillas (por algunos días), gracias a Dios no le faltaron medicinas, si algo no se  conseguía Flory (Floryzeth) lo mandaba a buscar fuera.

Hasta que nosotros mismos nos fuimos dando cuenta que no era justo tenerla con tantas restricciones, había que darle lo que ella quisiera (a discreción), nada podía hacerle más daño del que ya le había hecho la enfermedad; un día estábamos listos para salir a la escuela con los niños, ella pidió ir al baño, la ayudaron y estaba sentada, todo era tan cotidiano que no pudimos predecir lo que venía, le preguntábamos para levantarla pero decía que no, de pronto se empezó a quejar, me agache y le pregunte donde le dolía pero solo se quejaba y decía que no, seguimos en lo nuestro y en dos segundos que estuvo sin nadie cerca se cayó al suelo, Flory (Floryzeth) aparto a los niños mientras Héctor (Alejandro) la levantaba y la llevábamos a la cama, estaba como desmayada, con los ojos abiertos, pensábamos que se nos había ido, llorábamos mientras accionábamos, corrimos y llamamos a Gabriela (la enfermera), era otro episodio; aquí aprendimos que había varios tipos de convulsiones, esta era de ausencia, después de vomitar logramos que reaccionara, no recordaba nada, lleve a los niños a la escuela y volví, la dejamos descansar, le pusimos crema en la nariz (voltaren) que se había golpeado al caer; al despertar ella pidió un espejo "mira esa vaina", "¿qué me pasó?", a mí por alguna razón me tocaba darle las explicaciones, entonces le dimos la vuelta perfecta, le dije, fue una baja azúcar por no querer comer, "que peo vale", quedo medio conforme, era increíble, pasaba esos trances rapidísimo, era demasiado fuerte, demasiado.

Ese día medio comió algo, todo parecía "normal", pero al día siguiente fue el rebote que no esperábamos, amaneció sin querer hablar, sin querer comer, tirada en la cama, quejándose, lo intentábamos todo, triture las medicinas en la cocina y se la dimos con cucharilla, escupió una parte, sumamente terrible, terrible de verdad, después de llorar muchísimo en la sala, hicimos nuestra mini junta (no médica) de toma de decisiones, la decisión fue llamar al doc, póngale un suero fue la indicación, llamamos a Gabriela (la enfermera) y se lo pusimos, hubo que puyarla muchas veces porque estaba deshidratada, era duro, para ella y para todos, sin embargo lo logramos, entonces al terminar el suero aproveche y le puse la dexa (dexametasona), durmió casi todo ese día, la revisábamos cada tanto a ver si despertaba.

Ante todo intentábamos mantenernos en pie, los niños no podían vernos en el suelo, llorábamos en horario de oficina, lejos de ellos, cuando estaban en la escuela; comenzaba una nueva etapa esperar que se levantara, pedir de corazón y con mucha fe; en este punto aún pedía a Dios que la levantará de allí, que hiciera un milagro, no entendía que las cosas no siempre salen como esperamos, sin que esto quisiera decir que Dios no nos escuchaba.

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