jueves, 14 de diciembre de 2017

PARA SIEMPRE




En el edificio hay lamentablemente, varios pacientes oncológicos una de las vecinas se acercó un par de días después de que ella falleciera para dar el pésame, la estaba atendiendo Héctor (Alejandro) pero algo me llamo a acercarme a la puerta y unirme a la conversación, el cáncer de la vecina era en la garganta, unos nódulos una cosa, lo cierto es que la vecina convulsionaba cada vez que le ponían la quimioterapia, en una parte de la conversa le pregunte si no le habían recetado anticonvulsivos y me dijo que si pero que no los conseguía, que se estaba tomando unos vencidos, nos miramos Héctor (Alejandro) y yo con el mismo nudo en la garganta, y me fui a buscarle los que habían quedado del tratamiento, seguimos hablando y resulto que la vecina era diabética y usaba también otra de las pastillas que ella usaba, pero eso no fue lo fulminante, lo arrecho fue cuando ella dijo que le habían mandado una ampollas que no conseguía, yo decía Dios mío si no es ella quien la mando entonces quien, en efecto estábamos hablando de la dexametasona, me temblaron las piernas, que es esto, eran todas las medicinas que ella usaba, este tipo de cosas no ocurren todos los días, se fue la vecina con las medicinas y nos quedamos con el corazón apretado, desde donde fuera seguiría compartiendo como en vida, bondadosa para siempre.


Luego vinieron los recuerdos, las palabras, la navidad, una navidad difícil y atípica, puse los adornos con el corazón roto, llorando, pero entendiendo que esa sería su voluntad, que continuáramos con la vida, con alegría, es difícil pensar en tantas cosas que ahora enfrentare sola.


 Recuerdo cierta vez antes de irse conversábamos en su cuarto a petición de Flory (Floryzeth) porque  ella tenía miedo,  juraba que yo me iría, me toco sacarla de su angustia con unas palabras que hasta hoy recuerdo, le dije que había tres cosas importantes de separar, una cosa era la variación entre la relación de Héctor (Alejandro) y yo, quienes nos habíamos convertido en hermanos, otra era nuestra relación como familia que no dejaríamos de ser nunca, y otra la nuestra como amigas, le dije tomándole la mano las amigas están juntas hasta el final, y aquí no hay final todavía, se calmó un poco y volvió al tema de costumbre, "que vamos a hacer con esas sillas del comedor, coño, ese rancho como lo vamos a resolver" las habíamos mandado a arreglar y tras meses del carpintero con ellas nos las devolvió peor de como las entregamos, ella estaba arrechisima, pero no decía nada porque la idea de dejárselas a ese carpintero en especial había sido de ella, ciertamente aún está en deuda las sillas el coño esas.


Teníamos en casa la silla, la cama clínica, cosas que ya no encajaban en nuestra cotidianidad, le pedía muchísimo a Dios que nos ayudara a  buscar una manera de hacer que llegaran a buenas manos, no era salir de ellas por salir de ellas, era que salieran de la casa para ayudar a más personas justo como a ella le fuese gustado, porque de carácter arrecho si era, pero buena gente también, entonces me escribió Julia para saber si le podía prestar la silla a alguien, por supuesto le dije que sí, el día en que se la llevaron me dolió en el corazón, ya teníamos  tantas historias, era seguirla despidiendo, hasta le dije antes de entregarla, te portas bien oíste, anda y sigue tu camino; unas cuantas lágrimas y la entregue.


En resumen que el amor si es verdadero es para siempre e infinito pase lo que pase, todo estará bien como te lo prometimos, ve en paz y luz.

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