martes, 21 de noviembre de 2017

TIEMPO DE GRACIA 1


Hablaba todos los días del viaje, la abuela Olga (su mamá) llegaría de España el veintidós de agosto, entonces y hasta entonces (aproximadamente doce días) ese sería el tema principal, "Cuando venga Flory (Floyzeth) hacemos esto y aquello, la llevamos para acá y para allá, bueno si es que viene", en ese trayecto pasaron varias cosas, buenas y no tan buenas también.

Celebramos el cumple de Rafa ese fin, ella fue con sus propios pies y disfrutó la fiesta, invitó a algunas amigas con nietos y se divirtió, terminamos la fiesta agotados y felices, el fin de semana todo estaba caminando mucho mejor, sin mareo, con energía, con tres en uno, sopa de patas de pollo, y batido de coco con cambur (nuestro favorito), pasaba sí, mucho rato durmiendo, acostada, no sabía exactamente si por cansancio o por malestar de ánimo.

Después de ese día y antes de la llegada de Flory (Floryzeth) llegaron de visita unas primas de "El Limón", (la verdad las había visto dos veces en mi vida) chévere, visita que le alegre, les deje solas en el cuarto les hice jugo y les repartí, se fueron y ella me llamo y me dijo "Fíjate bien, mi prima me pregunto que donde tenía el tumor, yo le dije que no tenía tumor y ella se quedó callada y me cambio el tema, ¿yo tengo un tumor?", le respondí (bien arrecha por cierto) hay unas células pero no nos han hablado de tumores, no lo podía creer, tanto tiempo esforzándonos en cultivar su paz y su seguridad y en un tris tambaleaba todo; en el momento no lo comprendí llena de rabia, pero después entendí que no todo el mundo sabe tratar este tipo de temas, una cosa es quien lo vive como familia del paciente y otra muy diferente quien la vive desde fuera, en visita esporádica, en el fondo sé que fue sin ninguna mala intención y eso es lo importante.

Luego vinieron los días de fe, y es que mi acercamiento a Dios era algo definitivo, mis compadres nos visitaban y hacíamos oraciones para su sanación; y un día recibí una invitación que cambio mi vida por completo, me habían invitado a una vigilia, dude al principio, era lejos y jamás había ido a una, no quería ir sola, invite a Héctor (Alejandro), pensé que sería lo lógico, después de todo pediríamos por la salud de su mamá, él no se decidió, invite entonces a mi hermano, pero tenía un paciente el sábado (es Odontólogo), invite a tres personas más, al final llegue sola, debía ser así,  fue una experiencia importante, al día siguiente era otra, con más claridad, diferente, nueva, convencida; en la tarde llegaron mis compadres, conversamos de la experiencia hicimos una oración con ella presente, nos abrazamos y nos tomamos una foto.

Los siguientes días eran de vaivén, dos días con fuerza, un día de reversa, un día tranquila otro decaída, el tema principal era el viaje y la hija que venía, cuando se sentía mejor, salía al pasillo a cuidar una matas que tenía en conjunto con la señora Carmen (la vecina, mama de Gabriela la enfermera), caminaba por el pasillo y hacia una que otra cosa en la casa.


Entre la espera de Flory (Floryzeth) y la espera de los exámenes estábamos al borde de la locura, y por supuesto el decreto del doctor asignado en la radioterapia se cumplió, había perdido nuevamente el cabello, quizás eso ocurriría, se sabía bien la situación (nosotros), el manejo de la información, la manera fue lo que me molesto (mucho), se supone que un doctor  debe saber que un paciente oncológico es sensible, que debe saber decir las cosas, se supone, pero no todos tenían eso claro.

Entonces después de tanta espera y entre la rutina de levantarme temprano dejar el desayuno listo, que la señora llegara y volver a las tres de la tarde (para medio trabajar) se fueron los días, y llego el día llegaba su mamá y su hija, ese día fue de angustia total, al enterarse que estaban en Maiquetía fue peor, de la sala al cuarto del cuarto al pasillo, asistida eso sí, había perdido un poco la fuerza en el desplazamiento, eso la tenía un poco decaída, pero como a todo, le sacábamos el lado gracioso y la jodedera y entonces pasaba más suave, ella sabía, era demasiado inteligente y sabía que estaba bajando el nivel, aunque nadie esperaba lo que venía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PARA SIEMPRE

En el edificio hay lamentablemente, varios pacientes oncológicos una de las vecinas se acercó un par de días después de que ella fa...