Hablaba todos los días del viaje, la abuela Olga (su mamá) llegaría
de España el veintidós de agosto, entonces y hasta entonces (aproximadamente
doce días) ese sería el tema principal, "Cuando venga Flory (Floyzeth)
hacemos esto y aquello, la llevamos para acá y para allá, bueno si es que
viene", en ese trayecto pasaron varias cosas, buenas y no tan buenas también.
Celebramos el cumple de Rafa ese fin, ella fue con sus
propios pies y disfrutó la fiesta, invitó a algunas amigas con nietos y se divirtió,
terminamos la fiesta agotados y felices, el fin de semana todo estaba caminando
mucho mejor, sin mareo, con energía, con tres en uno, sopa de patas de pollo, y
batido de coco con cambur (nuestro favorito), pasaba sí, mucho rato durmiendo,
acostada, no sabía exactamente si por cansancio o por malestar de ánimo.
Después de ese día y antes de la llegada de Flory (Floryzeth)
llegaron de visita unas primas de "El Limón", (la verdad las había
visto dos veces en mi vida) chévere, visita que le alegre, les deje solas en el
cuarto les hice jugo y les repartí, se fueron y ella me llamo y me dijo "Fíjate
bien, mi prima me pregunto que donde tenía el tumor, yo le dije que no tenía
tumor y ella se quedó callada y me cambio el tema, ¿yo tengo un tumor?",
le respondí (bien arrecha por cierto) hay unas células pero no nos han hablado
de tumores, no lo podía creer, tanto tiempo esforzándonos en cultivar su paz y
su seguridad y en un tris tambaleaba todo; en el momento no lo comprendí llena
de rabia, pero después entendí que no todo el mundo sabe tratar este tipo de
temas, una cosa es quien lo vive como familia del paciente y otra muy diferente
quien la vive desde fuera, en visita esporádica, en el fondo sé que fue sin
ninguna mala intención y eso es lo importante.
Luego vinieron los días de fe, y es que mi acercamiento a
Dios era algo definitivo, mis compadres nos visitaban y hacíamos oraciones para
su sanación; y un día recibí una invitación que cambio mi vida por completo, me
habían invitado a una vigilia, dude al principio, era lejos y jamás había ido a
una, no quería ir sola, invite a Héctor (Alejandro), pensé que sería lo lógico,
después de todo pediríamos por la salud de su mamá, él no se decidió, invite
entonces a mi hermano, pero tenía un paciente el sábado (es Odontólogo), invite
a tres personas más, al final llegue sola, debía ser así, fue una experiencia importante, al día
siguiente era otra, con más claridad, diferente, nueva, convencida; en la tarde
llegaron mis compadres, conversamos de la experiencia hicimos una oración con
ella presente, nos abrazamos y nos tomamos una foto.
Los siguientes días eran de vaivén, dos días con fuerza, un día
de reversa, un día tranquila otro decaída, el tema principal era el viaje y la
hija que venía, cuando se sentía mejor, salía al pasillo a cuidar una matas que
tenía en conjunto con la señora Carmen (la vecina, mama de Gabriela la
enfermera), caminaba por el pasillo y hacia una que otra cosa en la casa.
Entre la espera de Flory (Floryzeth) y la espera de los exámenes
estábamos al borde de la locura, y por supuesto el decreto del doctor asignado
en la radioterapia se cumplió, había perdido nuevamente el cabello, quizás eso ocurriría,
se sabía bien la situación (nosotros), el manejo de la información, la manera fue lo que
me molesto (mucho), se supone que un doctor debe saber que un paciente oncológico es
sensible, que debe saber decir las cosas, se supone, pero no todos tenían eso
claro.
Entonces después de tanta espera y entre la rutina de
levantarme temprano dejar el desayuno listo, que la señora llegara y volver a
las tres de la tarde (para medio trabajar) se fueron los días, y llego el día
llegaba su mamá y su hija, ese día fue de angustia total, al enterarse que estaban
en Maiquetía fue peor, de la sala al cuarto del cuarto al pasillo, asistida eso
sí, había perdido un poco la fuerza en el desplazamiento, eso la tenía un poco decaída,
pero como a todo, le sacábamos el lado gracioso y la jodedera y entonces pasaba
más suave, ella sabía, era demasiado inteligente y sabía que estaba bajando el
nivel, aunque nadie esperaba lo que venía.
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