martes, 21 de noviembre de 2017

DÍA 9 LA RADIOTERAPIA



Era viernes, faltaba una sola, estábamos ansiosas nerviosas y felices, planificando todo, ese día no fue diferente a los demás, fuimos nos anotábamos, compre el desayuno y antes de ir  me dijo " mira ya estoy bien del estómago, cómprate un toddy, quiero chocolate" no me pude resistir, era como una niña para pedir las cosas, me daba entre ternura y risa y terminaba diciéndole que sí, ese día también se llevó su camisita nueva, de las que habíamos comprado el otro día, era una mañana especial, nos quedaba el día entero por delante, también dos días mas, el lunes seria el gran día, la despedida, el adiós definitivo a tanta cosa.


Entonces el día transcurrió entre ansiedad y alegría, ella caminaba muchísimo mejor, tenía una actitud ganadora, todo indicaba que esto iría para mejor, que avanzábamos, que lo estábamos logrando, ese día fue esperar el turno, salir, esperar a Gaby, llegar a la casa y empezar a planificar, pero primero lo primero, ella quería hacerse algo en el cabello, ( no tenía mucho) pero imagínese el logro de volver a tener cabello después de casi un año, (bueno aunque después de las primeras ocho quimios logró tener un poquito  también), ella quería ir a la peluquería y quien era yo para decirle que no, así que nos planificamos para la tarde.


Al llegar a la casa habló por teléfono con Julia y al colgar nos dijo "ya tengo a mi acompañante para la casa, empieza el lunes, es alguien que ya conozco", yo estaba medio recelosa, y es que me gusta atender mis cosas a mí misma, la comida de los niños, su ropa, la casa, no tenía mucho tiempo pero eso me gusta, entonces  en vista que estaba sinceramente abollada y echando humo acepte, y como era alguien de su confianza no vi ningún peligro.


Llego la tarde y nos fuimos a la peluquería, con Ingrid su panita de toda la vida, vecina del sector, con su peluquería  frente al edificio, llegamos y ella se emocionó al verla como estaba caminando, llegando, saludando y  empezando a mandar "como todavía no me puedo pintar el cabello vine a ver qué haces con esto (agarrándose sus cuatro pelitos)", como toda mujer quería sentirse diferente; un corte de cabello es mucho más que un corte y mucho más que cabello, así que Ingrid hizo lo que pudo, y como si tuviese un título de medicina bajo el brazo me advirtió, no puedo secarle ni plancharle, no creo que sea bueno, (le agradezco enorme y sinceramente su honestidad).


Salimos, no sin antes hacer un video, uno para que diera fe que estábamos en modo festivo, ya faltaba poco, ya salíamos de eso, ya no faltaba nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PARA SIEMPRE

En el edificio hay lamentablemente, varios pacientes oncológicos una de las vecinas se acercó un par de días después de que ella fa...