viernes, 17 de noviembre de 2017

DÍA 7 LA RADIOTERAPIA






Todo paso muy rápido y existía gente que no había tenido oportunidad de asimilar bien la situación, sus compañeras de trabajo, por ejemplo, y es que ella se fue a trabajar un viernes, y un miércoles nos estábamos enterando de la "novedad", después del hallazgo no pudo ir nunca más a la oficina, y Julia le administraba las visitas, había gente que solo quería verle imaginándola derrotada y en el suelo, cuesta pensar que la maldad existe, pero créalo o no es también parte de la vida.


Nos fuimos a lo nuestro, tempranito como siempre, llegamos y nos anotamos, no quise comprarle café por el estómago, bueno tenía que ser coherente, el día anterior le habíamos echado la culpa del vomito a la tomadera de café, entonces compre manzanilla, mas un pancito que le llevaba y con eso desayuno, esperamos un ratico hablando con el grupo "bueno", había unas señoras muy animadas, las teníamos identificadas, había una que era malandra, bueno ella le decía así, en realidad era un doña de estas bien recias pero además animada y escandalosa, esa siempre tenía un cuento gracioso, y había otra con la que siempre compartíamos el té o el café, ella decía "Como a mí me gusta, dulcito y gratis", los últimos días de la radio fueron especiales, conocimos a dos muchachas jóvenes, una tendría unos treinta años y la otra unos treinta y cinco, oírles hablar entre ellas era hermoso, tenían la convicción plena de que su situación era pasajera, ese era un lugar, más allá de lo obvio, muy bonito y con un ambiente de paz.

Nos llamaron y pasamos, estábamos en el pasillito esperando para entrar a la sesión y paso el doctor asignado a su caso, le llame la atención para hablarle de lo de los vómitos, entonces él, con la peor de las caras que te puede hacer un médico al consultarle una cosa de esas, me dijo "eso es por la "lesión" dale el ondasetron", media vuelta y se fue, me quede parada viendo cómo se alejaba y pensando que definitivamente este no era mi doctor favorito, la llamaron a la sesión y yo me quede en el pasillo, no me había dado chance de ponerle la dexa (dexametasona) antes de la sesión, entonces al salir y antes de irnos la prepare y se la puse, estaba usando mucha manga larga últimamente para tapar un poco los morados de los brazos, cada intento infructuoso de tomarle una vía se convertía en un morado, pero morado, morado, casi negro, me dijo, "ojala me quiten rápido esa puyadera para recuperar los brazos, eso da pena como los traigo".

Salimos a esperar a Gaby, ese día nos había dado chance de llamarla y que fuera por nosotras, regresamos temprano, así que la deje en casa y fui a una reunión del trabajo, tenía en mente pedir las vacaciones, para poder disponer mejor del tiempo y así no sentir que hacia las cosas a medias, lo tenía en mente, pero no en este momento, quizás después de las radios, para ir de paseo a algún sitio, o simplemente poder estar más rato en casa con ella; pensábamos a largo plazo que ella necesitaría una compañía, alguien que estuviese con ella durante las horas del día en las que no estábamos en casa, yo estaba muy cerca de la casa, a cuatro cuadras para ser exactos, pero no la queríamos sola en casa.

Me fui porque habíamos cuadrado yo atender mis asuntos temprano y Héctor (Alejandro) atendería los suyos en la tarde, ella se preocupaba mucho por este tema, siempre decía que no quería ser una carga, jamás lo sentimos así, pero en su condición era normal pensar esas cosas, ese día fue lechosa y comidas suaves, cuando volví con Rafa ella estaba acomodando la cocina, era imparable, y se cansaba de estar sin hacer nada, esa filosofía del poco a poco no le resultaba mucho, aunque más adelante la adoptaría sin mayor esfuerzo.

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