martes, 14 de noviembre de 2017

DÍA 4 LA RADIOTERAPIA




Amaneció un día bonito, nos arreglamos (con perfume y demás) y nos fuimos, llegamos tempranito con café con leche para compartir y nuestras arepitas bajo el brazo, salíamos antes de las 7 am de la casa y no siempre nos daba el tiempo para hacer el desayuno, anotamos esperamos y salimos, en el momento de la salida le fui a poner la dexa (dexametasona) y estaba "mala" la vía, entonces le pedí el favor a una enfermera para tomársela otra vez, estábamos preparadas para todo, llevábamos jelcos, jeringas, mariposas, en fin, todo lo que se pudiera necesitar para el caso; la muchacha la pincho varias veces y nada, nos pidió unos minutos y fue aquí donde ocurrió la anécdota graciosa del día, le pidió al camillero (un señor muy buena gente, como todos los del servicio de radioterapia) que nos llevara a esperar al " simulador" y ella salto " ¿Simulador? ¿Qué es eso? a mí no me hablaron de ningún simulador" con aquella cara de pánico, nos salió a todos una risa espontanea, yo no sé ni de que me reía, entonces la enfermera nos aclaró que era un espacio donde esperaríamos, no nos harían nada allí, era solo para despejar un poco el área, recordemos que desde que ella entraba al servicio estaba en silla de ruedas.




Fuimos  al fulano "simulador" a esperar a la enfermera que de verdad no tardo ni diez minutos, volvió con más jelcos porque los que habíamos llevado se perdieron en el primer intento, ella con mucha paciencia lo intento hasta que por fin lo logro, le puso el medicamento que ya yo tenía preparado y estábamos listas, justo antes de irnos, se acercó una muchacha de unos veinticuatro años a pedirle un favor con una medicina en la mano, pensé, debe ser algún acompañante, pero escuche mientras salía que el doctor (el que nos había tocado) le daba instrucciones, la muchacha era la paciente, CA de ovario, un caso parecido al de ella, no tardo en decirme " Te fijas ¡que vaina!, esa niña como va a tener esta vaina, todavía yo que ya he vivido, pero esa niña, imagínate" la ataje rápido como pude antes de empezar una conversa de esas que terminan en llanto y sufridera y le dije, bueno ya estamos listas nos vamos para parque Aragua, le cambio la cara y el ánimo.




Nos fuimos caminando hasta la entrada del hospital central (el servicio de radioterapia queda dentro del hospital central) caminábamos despacio (lo confieso a veces para reírnos le cantaba despacito), y para no hacer la cosa aburrida empezaba a hacerle conversa de cualquier cosa, del clima, de las instalaciones, de lo que fuera, lo importante era que ella no pensara o dijera algo de su nuevo caminar con su tumbao especial, y es que no hablamos de una ama de casa o de una señora del campo (lo digo con respeto) hablábamos de una mujer profesional, trabajadora, que hacia no más de un mes estaba en la playa con sus amigas bailando y bebiendo, era injusto y daba arrechera, hasta a mí me daba arrechera, no quería imaginar a ella; bueno, llegamos a la entrada y paramos un taxi, yo estaba a unos veinte pasos del carro, el tipo nos vio caminar, vio que la llevaba sostenida, y como caminábamos muy lento se fue, en ese momento me di cuenta que sin importar lo que estuviese pasando encontraríamos gente buena y gente maluca también, y que había que aprender a lidiar con eso.




Subimos a otro taxi y llegamos al centro comercial, pasamos por una tienda y le gustaron unas blusas, así que le dije vamos a entrar, entramos y la ayude a escoger, se midió unas seis o siete, y yo le tomaba fotos y se las enviaba a Flory (Floryzeth) para que las viera con su abuela (de visita) desde Portugal, entonces ellas ayudaban a elegir votando por las que más les gustaban, es decir estábamos de compras las cuatro de alguna manera, después de las opiniones del publico ella escogió las tres más votadas y que más le gustaron, pagamos y seguimos, la lleve a hacerse latonería y pintura (así lo dijo ella) una vez instalada en la peluquería salí a comprarle algo de comer, ella pidió tequeños, subí y no conseguí los fulanos tequeños así que le compre una torta de zanahoria y baje, las muchachas de la peluquería otra vez juraban que era mi mama, simplemente nos reímos sin hacer ningún comentario, ella quería hacerse un montón de cosas, pero ya estaba agotada, así que fue manicure y salir para la casa, no antes sin la respectiva foto para el "publico".




Llegamos a la casa contentas, y cuando la estaba ayudando a subirse a la cama me disparo " Sera que me voy a morir que me estoy sintiendo tan feliz" no me lo esperaba, no pude reaccionar más que con un apuej quejeso, que moridera un coño, entonces me dijo " me siento triste, me deprimí y se echó a llorar", me quede un rato con ella, en silencio, le hice cariño un rato y entro Héctor (Alejandro) al cuarto, que paso mamá que tienes, le explique lo que ella estaba diciendo, la miró y le empezó a preguntar por lo que se había comprado, y a decirle que había quedado linda, se emparejo un poquito, y se levantó a comer el almuerzo especial que le había preparado su hijo " gracias hijo"



volvíamos a vencer, ya nos estábamos curtiendo, sabíamos que era así, que de pronto podían venir bajones, que había que estar alerta, ella era muy fuerte pero humana al fin, ninguno podía ponerse en sus zapatos, en sus miedos, en sus anhelos, en sus frustraciones, solo podíamos acompañarla, quererla y complacerla, era lo que intentábamos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PARA SIEMPRE

En el edificio hay lamentablemente, varios pacientes oncológicos una de las vecinas se acercó un par de días después de que ella fa...