DÍA 3

Ya el cuello estaba mejor, desinflamado casi por completo, el doc la revisaba y nos miraba como confirmando que todo marchaba bien, ya teníamos una rutina, llegar, instalarnos, buscar chucherías, de vez en cuando comprar el desayuno y las donas de media mañana, era el momento de la paciencia, allí no se podía estar apurado, era tiempo de relajarse y asumir que esperaríamos hasta que fuese necesario, ese día salimos tarde casi a las tres, compramos almuerzo, pasta y otras cosas, nosotros comimos en el lugar a ella le pedimos para llevar.

Lo mismo de siempre, los tres días de "borrachera" y después como si nada, empezó a trabajar, entonces en las mañanas al salir se vacilaba a las vecinas chismosas del edificio como le daba la gana.




Venía su cumpleaños, había dos planes, uno era comer en su lugar favorito, también estaba pendiente lo de la celebración de cumpleaños con Julia y sus panitas, compramos comida en el sitio donde le gustaba y cantamos cumpleaños en la casa, cumpleaños feliz con sushi, entonces empezamos a planificar lo de la fiesta, me tocaba hacer los pasapalos, todo lo que ella pidió, un día entero cocinando, ¡sabroso!



Se dio la fiesta, todo quedo bellísimo, entonces la sorprendimos en mitad de la fiesta con unos vídeos de su gente querida que estaba lejos, su hija Floryzeth y su amiguita Jessica, Bailo, comió, disfruto tanto, tanto, que casi olvidamos por completo toda la situación, Simón compró flores, una corona plástica de reina y una tarjeta, Simón la quería muchísimo, ella estaba muy presente en su vida.



Paso la fiesta, continuamos celebrando la vida, estábamos casi a la mitad de las primeras 4 quimios del ciclo de 8, ella hacia planes, quería ir a la playa, así que organizo todo y se fueron a la semana siguiente todo un fin de semana, no lo podía creer, ella estaba muy viva, trabajando, saliendo, disfrutando, comencé a darme cuenta del regalo maravilloso que era estar vivos, a apreciarlo todo de una forma diferente.



Todo marchaba bien, en la próxima quimio habíamos planificado retirar las medicinas dos días antes, así ella podría ir a su oficina, trabajar un ¨ratico¨ mientras organizábamos la semana, estaba venciendo el miedo, su miedo, se sentía feliz cuando la llamaban sus hijos, tenía a dos de sus siete nietos cerca y retomaba poco a poco su ánimo y su carácter, asistía a sus reuniones en ccs, a sus actividades extra, a sus viajes con las amigas a Ocumare.



Cada sesión debía estar acompañada de unos exámenes, urea, creatinina y el ca 125 que vendría al final de las primeras cuatro, estaba tan viva que solo por el detalle del cabello identificábamos la situación real.